miércoles, 29 de diciembre de 2010

Seminario: Movimientos del espíritu bueno: mover al orante al propio conocimiento de sí mismo

Este es un extracto del material de las conferencias que el Fraile Carmelita Descalzo, Fray Oswaldo Escobar dictó en la Semana de Espiritualidad 2009, en la capilla de Fátima, Barrio Los Yoses, San José, Costa Rica.  Del contenido: "Luchas y triunfos teresianos contra el mal".

Fray Oswaldo Escobar OCD

Es licenciado en espiritualidad por la Pontificia Universidad Teresianum de Roma.  Actualmente se desempeña como formador de los estudiantes Carmelitas Descalzos de Teologia de la Provincia de Centroamérica, en Guatemala. 






"2. Es propio del buen espíritu mover al orante al propio conocimiento de sí mismo

La santa es sumamente precisa en este conocimiento propio, "jamás nos acabamos de conocer, sino procuramos conocer a Dios; mirando su grandeza, acudamos a nuestra bajeza y, mirando su limpieza, veremos nuestra suciedad; considerando su humildad, veremos cuán lejos estamos de ser humilde" (1M 2,9).  El conocimiento parte del conocimiento de Dios "poner los ojos en el centro, que es la pieza o palacio adonde está el Rey" (1M 2,8).  Tener esta luz es fuente de alegría y libertad..., mientras vivimos, aun (sic) por humildad, es bien conocer nuestra miserable naturaleza" (V 13,1), sin embargo este conocimiento propio que debe partir del conocimiento de Dios, no debe de ninguna manera llevar al orante a tener su alma estrujada, "esto importa mucho a cualquier alma que tenga oración, poca o mucha: que no la arrincone ni apriete..., pues Dios le dio tan gran dignidad, no se estruje" (1M 2,8), "es cosa tan importante este conocernos, que no querría en ello hubiese jamás relajación, por subidas que estéis en los cielos; pues, mientras estamos en esta tierra, no hay cosa que más nos importe que la humildad.  Y así torno a decir que es muy bueno y muy rebueno tratar de entrar primero en el aposento adonde se trata de esto, que volar a los demás, porque éste es el camino; y si podemos ir por lo seguro y llano" (1M 2,9)

Sin embargo, también es necesario no quedarse solamente en las miserias, "así el alma en el propio conocimiento; creánme y vuele algunas veces a considerar la grandeza y majestad de Dios; aquí hallará su bajeza mejor que en sí misma y más libre de las sabandijas" (1M 2,8), agrega la santa que "sin nunca salimos de nuestro cieno de miserias, es mucho es inconveniente" (1M 2,10), su insistencia es machacona, "metidos siempre en la miseria de nuestra tierra, nunca el corriente saldrá de cieno de temores, de pusilanimidad y cobardía" (1M 2,10).  Para evitar cualquier tentación, vuelve al principio fundamental, "pongamos los ojos en Cristo nuestro Bien, y allí deprenderemos la verdadera humildad" (1 M 2,11)

Según nuestra Santa, el conocimiento propio, en muchas ocasiones nos puede ayudar más que muchos días de oración.  Presentamos aquí un texto teresiano de alcance perpetuo, "tengo por mayor merced del Señor un día de propio y humilde conocimiento, aunque nos haya costado muchas aflicciones y trabajos, que muchos de oración" (F 5,16).

Concluimos diciendo con Teresa, "procurad mucho tratar esas mercedes y regalos con quien os dé luz, sin tener cosa secreta; y tened este cuidado: que en principio y fin de la oración, por subida contemplación que sea, siempre acabéis en propio conocimiento.  Y si es de Dios, aunque no queráis ni tengáis este aviso, lo haréis aún mas veces, porque trae consigo humildad y siempre deja con más luz para que entendamos lo poco que somos" (CV 39,5)"

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